sábado, 20 de octubre de 2007

Calibre Zero - PDF y ZIP sin demora

Me contacté con el autor de esta publicación para ofrecer alojamiento gratuito a sus ediciones, con el fin de evitar el uso de sitios como RapidShare, MegaUpload y similares, que son bastante engorrosos. El servidor donde alojo la web de Mythica tiene todavía mucho espacio disponible. Por ello, ahora pueden probar la descarga del primer número de Calibre Zero en la siguiente dirección: http://www.mythica.cl/CalibreZero.html

La página no es muy vistosa, ya que su fin principal es poner al alcance de sus lectores las versiones PDF y ZIP de la publicación. Más adelante veremos de hacer algo más bonito.

Nos leemos.

lunes, 15 de octubre de 2007

Calibre Zero - Recoge el guante


Hace unos días comenté la envidia que despertó en mi la lectura de "Sonaste Maneco", revista trimestral argentina que se dedica a difundir la cultura de la historieta latinoamericana. Les había contado que llegué a esa revista desde un enlace puesto por alguien en el foro de Ergocomics.

Pues bien, resulta que ese "alguien" tiene nombre: Cristian "Huaso" Valenzuela, el mismo que se acaba de atrever a lanzar el primer número de su revista mensual autogestionada: "Calibre Zero".

Me alegra leer que alguien responde al desafío que anoté en un mensaje anterior (aunque a decir verdad, es poco probable que lo leyera).

La publicación es obviamente deudora de la ya citada "Sonaste Maneco", no sólo porque la utiliza como parte de sus fuentes, sino porque la gráfica y diseño son muy (demasiado) similares. No es mala práctica escoger un modelo e imitarlo, ya que esa es una buena forma de hacer bien las cosas. Por ello, como este es un primer número y desde este espacio quiero enviarle toda la buena onda posible para que vengan muchos más, voy a esperar a los siguientes para ver si se corrigen algunas cosas tales como:

  • urgente trabajo de revisión ortográfica y de redacción. Se nota demasiado cuando el que escribe es el autor, o cuando toma un artículo textual de otra fuente.
  • experimentar sin miedo con las herramientas de diseño, o asesorarse al respecto para corregir aspecto estéticos (muy notorios por ejemplo, en el diseño de portada)
  • mayor contenido sobre la actualidad de la historieta nacional, ya que de esa forma conseguirá el sello diferenciador y el material que le permita diferenciarse de su modelo mentor.
El último punto es el que me parece más importante, por lo que solo resta hacer un llamado a todos los creadores del medio (dibujantes, editores, guionistas) para que se contacten con el "Huaso" Valenzuela y le ayuden a mantener "Calibre Zero" como una publicación actualizada, veraz y completa sobre lo que pasa en Chile con la cultura comiquera.

Para confirmar la importancia de lo que acabo de decir, es necesario destacar que lo mejor de este número es una extensa nota (con historieta incluída) al "Capitán Chile", personaje al que le encuentro un potencial enorme. Su guionista y dibujante se desenvuelve con gran soltura en la sátira social, y sus caricaturas son de gran calidad, recordándome incluso a la antigua revista norteamericana M*A*D.

Ruego para que esta aventura de Cristian Valenzuela no sea simplemente una distracción, sino que se lo tome tan en serio como lo que la dolorosa ausencia de una propuesta como la suya significa para todos quienes amamos esto de la historieta chilena.

¡Animo, Huaso! Gracias por atreverte.

domingo, 7 de octubre de 2007

Yo trabajo haciendo historietas ...


A continuación, copio íntegro un artículo que me ha llamado poderosamente la atención, debido a que es una posición frontalmente contraria a la que defiendo en este blog, pero que al estar tan sólidamente fundamentada, me obliga a pensar que puedo estar en una senda equivocada. Me pregunto si, como señala el autor, en realidad al hablar de la Novela Gráfica estamos en realidad buscando escapar del desprestigio que tienen los términos cómic o historieta, intentando vestirnos con el lustroso traje de la novela y su prestigio.

Quizá el camino correcto sea esforzarnos por defender a la historieta como vehículo artístico y cultural, lo que en verdad se nos hace cuesta arriba cuando su propio nombre es ya un descrédito, por cuanto semánticamente historieta (como lo es opereta para la ópera) es un remedo de historia, un sucedáneo de menor significado e importancia, emparentado con la comedia liviana y el humor farsesco.

Entonces, si no le llamamos historieta, si al menos yo me resisto a dejarme ganar por el cómic y el manga, ¿como podemos uniformar en latinoamérica un concepto que nos permita ir por la vida orgullosos y decir que trabajamos en esto?

Del mismo modo en que el nombre de novela no es certificado de calidad (porque las hay magistrales y hay basura que se llama así), tampoco si nos llamamos novela gráfica garantizaremos tal cosa al lector. Eso ya es tarea de los guionistas y dibujantes, pero pienso que no deja de ser importante el encontrar ese término que nos defina y nos permita hablar con orgullo de nuestra pasión.

Como me decía un amigo hace algún tiempo, si digo que soy cineasta, que hago películas, entonces soy cool y atraigo miradas de envidia o al menos cierto respeto. En cambio, si digo que hago historietas todos se preguntan que es lo que le pasa a este cuarentón que no termina de madurar.


A continuación, el artículo


Por Jiro Suzuri

La novela gráfica -esa historieta novelesca de pretensiones artísticas- hunde sus raíces en un sinsentido: a finales de la década de los setenta, el historietista Will Eisner popularizó y socavó la noción con su multicitado Contrato con Dios, más próximo -literal y literariamente- al cuento que a la novela por su condición antológica. En la actualidad, el abuso del terminajo sigue sin corregirse: la reedición en español de Poema en viñetas, del escritor italiano Guido Buzzati, ostenta el oportunista e inédito subtítulo de Novela gráfica, oxímoron atribuible a la intromisión de los sabios de la publicidad. Poesía narrativa -descripción mucho más justa- habría evitado parir esa chocante y esquizofrénica quimera que no obstante graznar en verso prefiere la llamen novela, si bien su envergadura no alcanza para tanto.

Si la extensión es uno de los parámetros más fidedignos para distinguir un cuento de una novela, es de suponer que una novela gráfica habría de compartir tal distinción. No obstante, ¿cómo establecer una equivalencia entre la narrativa encerrada en viñetas y aquélla que no lo está? El problema no es sencillo, y mucho menos si, como repite el lugar común, una imagen vale más que mil palabras: un par de páginas dibujadas con maestría bien podrían multiplicarse hasta alcanzar decenas repletas de texto, en un esfuerzo por capturar en palabras lo que la historieta dispone en imágenes. Y aun de ser esto posible, ¿cómo capturar fielmente el espectro de tonalidades, el peso de una línea o la expresividad emanada de la composición? ¿Cómo hacer para no extirpar la ambigüedad hipnótica de una imagen cuando ésta se explica? Por otro lado, la capacidad del lenguaje escrito para decir mucho en poco espacio refuerza el sinsentido de tal equivalencia: ¿cuántas viñetas se necesitan para traducir al lenguaje del cómic, sin menoscabo, Crimen y castigo, Cien años de soledad o Ulises? Un relato breve bien podría ocupar cientos de páginas de historieta, sin por ello abandonar su naturaleza de cuento para mudar en novela gráfica.

Aunque son muchas las adaptaciones historietiles de obras de la tradición novelística -casi siempre abreviadas en flacos cuadernillos-, no por esto se le insufla al cómic la quintaesencia de la novela. Más aún, ¿vale la pena dejar de lado el poder de la prosa desnuda para despertar la imaginación e involucrar al lector en aras de un espurio ennoblecimiento? Algo hay de necedad en pretender amoldar un lenguaje a la horma de otro, en imponer superficiales paralelismos semánticos.

Por más que se niegue, quien prefiere el título de novela gráfica por sobre los más humildes de cómic o historieta pretende embarrarse del prestigio concedido a la novela, y del cual no siempre gozó. Las palabras no son grilletes, y así como la novela trascendió su sentido original de novedad hija de la moda, ajena a la literatura, así la historieta debiera superar los prejuicios en su contra a través de obras y no recurriendo a términos rezumantes de vanidad. Se olvida asimismo que la calidad literaria del género es dispareja: lo mismo es novelista León Tolstoi que Carlos Cuauhtémoc Sánchez.

Si lo que se busca es una dignidad negada, ¿en qué sentido la devuelve un término secuestrado de artes reconocidas como tales? El definirse a sí misma en términos de la literatura y de las artes visuales le niega tácitamente identidad y valor a la novela gráfica, cuyo mérito radica entonces en su semejanza con la novela y su parentesco con el arte colgado en museos y galerías.

A nivel sintáctico, el término supone la primacía de lo verbal por sobre lo visual, en franca oposición a la creencia -tantas veces escuchada de labios de los quijotes de la novela gráfica- de que la imagen es consustancial a la palabra en la historieta. En tanto que novela es el sustantivo determinante de la esencia del objeto, gráfica, en su calidad de adjetivo, tan sólo acompaña y matiza aquello que se es. ¿Cómo argumentar así en favor de la paridad entre ambos componentes? Para evitar este tipo de sinsentidos jerárquicos, mejor inspirarse en el arte cinematográfico y pergeñar palabritas como estatografía, dueña de ese tufillo cientificista tan apreciado por rimbombante.

Fuente: El Financiero / México
Viernes, 28 de septiembre de 2007

sábado, 6 de octubre de 2007

Sonaste Maneco - Comic Cultura


Navegando en el foro de ergocomics, me encuentro el mensaje de un usuario que anuncia la publicación del número 12 de la revista "Sonaste Maneco". No me pregunten por qué se llama así, ya que quienes tienen la respuesta son los amigos del colectivo "La Bañadera del Comic", sus autores.

La publicación es gratuita, descargable en PDF y de una calidad de contenidos realmente asombrosa. La recomiendo sinceramente. Los amigos de La Bañadera demuestran número a número lo que se puede hacer cuando se reúnen personas que aman lo que hacen y que manejan una cultura comiquera profunda e importante.

Como chileno, siento sana envidia cuando leo material de difusión de ese estilo y calidad, ya que por estas tierras vivimos llorando la muerte del comic nacional, añorando su resurgimiento y recordando épocas de oro que son compartidas en un círculo compuesto siempre por las mismas caras.

Hace falta algo como "Sonaste Maneco" por estos lados, hace mucha falta. En esta publicación se demuestra a la historieta como vehículo de difusión cultural de primera línea, material que incluso se utiliza en docencia, al otro lado de Los Andes. ¿Alguien conoce algo así en Chile?

Personalmente conozco grandes figuras de la historieta nacional, fuentes imperdibles de acervo cultural sobre la historieta chilena, que se pierden en un silencio abrumador porque no somos capaces de devolverles el sitial que se merecen y difundir la calidad de su obra. Por ejemplo, en el último número de ésta revista electrónica, aparece consultado nuestro compatriota " Hernán ("Hervi") Vidal, en elogiosos términos ... ¿Y en Chile? ¿Quienes, fuera de los que somos iniciados en este mundo, pueden decir algo sobre su obra?

¿Qué estamos haciendo en nuestro país para que las generaciones actuales y futuras sepan de que hablamos cuando mencionamos a gente como "Themo" Lobos, Mario Igor, Max Carvajal, Lukas, Coré, Lugoze, Oskar Vega, Santiago Peñaillillo y tantos otros?


Road Story - Aberto Fuguet y Gonzalo Martínez


El próximo 31 de octubre, en el marco de la Feria del Libro de Santiago, se efectuará el lanzamiento de "Road Story", la adaptación gráfica de un cuento de Alberto Fuguet, que formaba parte originalmente del libro Cortos (2004). El trabajo gráfico está en manos del artista nacional Gonzalo Martínez.

La prensa nacional comienza a hacerse eco de un movimiento que en el mundo tiene representantes tales como Paul Auster (La Ciudad de Cristal) o Marcel Proust (En Busca del Tiempo Perdido), señalando livianamente a la obra de Fuguet y Martínez como el debut del género en Chile. Livianamente porque se obvian ejemplos como Lebeus Rahn de Martín Cáceres (próximamente editaré aquí una reseña sobre ese trabajo), o como ya he indicado en este foro, de las compilaciones de historietas de Mampato y Ogú, que si reúnen las características para ser considerados trabajos precursores del género en Chile.

Pero, como le indiqué a Gonzalo en el foro de ergocomics, lo importante ahora es que él esté reabriendo un camino para el resurgimiento del arte de la historieta en Chile, ahora de la mano de la novela gráfica, o de la adaptación gráfica de cuentos y novelas.


La juventud vive hoy en una generación eminentemente visual, por lo que la lectura de los grandes clásicos o de cualquier obra literaria, les resulta un trabajo arduo y del que muchos se sienten lejanos. Un camino es buscar las razones de ello y remediarlas, y el otro es el presentar esos mismos textos adaptados a historia gráfica. Por eso es que debe apoyarse la expansión de éste genero artístico-literario.

Por eso es que personalmente como editor, hago un llamado a formar equipos de escritor-guionista-dibujante para generar cada vez un número mayor de propuestas en el género. Y al mercado, a las casas editoriales y al público lector, el llamado es para que cada uno desde su espacio brinde su apoyo a este tipo de proyectos: las editoras arriesgándose a publicar, y los lectores arriesgándose a comprar y llevar a casa estas obras.