ConComics 8 - Comics en Familia

Estudié dos años Arquitectura en la Universidad de Playa Ancha, y fueron mis mejores años. Por eso, volver al puerto tenía un impacto adicional para mí. Muchas cosas cambiaron desde ese entonces, otras permanecen.

La horrorosa vía sobre nivel y el monstruoso mall que se levantan frente al señorial edificio de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso me hicieron ver dos cosas importantes: que han pasado muchos años desde que era joven, y que los diseñadores urbanos no tienen idea de lo que significa "Patrimonio Universal".

Pero, fui a mi primera Concomics, y vamos a eso.

Como primer avance, esta vez fuimos con un pendón. Las tarjetas de visita quedarán para el siguiente evento.

En el amplio patio interior nos encontramos con esa desconcertante fauna urbana que componen los adolescentes manga, cosplay y similares, ante los cuales me comencé a sentir como pollo en corral ajeno. Sin embargo, debo reconocer que cuando ví a un guardia imperial (Star Wars) tuve que contenerme para no correr a tomarme una foto a su lado. Además, compartir el espacio con ellos no presentó ningún problema, son muy tranquilos, cero violencia o desmanes, no advertí agresividad alguna ni conflicto con los viejos comiqueros que pululaban por ahí. En ese sentido, puedo apostar que las frases descalificatorias que le escuché a alguno de mis colegas no han sido devueltas por estos muchachos que son felices siendo como son y disfrutando el personificar a sus personajes favoritos.

Al instalarnos, desgraciadamente sentí algo de incomodidad porque nuestro espacio quedaba bastante oculto y era pequeño. Mi querido pendón hubo de ubicarse lejos de nosotros, porque donde lo pusiera tapaba la exhibición de mis vecinos. Además, sólo teníamos una mesa y no las dos que esperábamos. Más adelante mis vecinos de puesto se desplazaron un poco (con la intervención de los organizadores) y pudimos quedar más cómodos, con dos mesas. Finalmente, temiendo por la integridad del pendón (está nuevecito, no quería que lo fueran a rayar) lo ubicamos entre nosotros y los vecinos de la Shazam!.

Afortunadamente, esa sensación de quedar ocultos se vió superada pronto por la realidad, porque el flujo de personas se mantuvo constante durante todo el evento. El hecho de haber quedado junto al puesto de Shazam! ayudó bastante. Era todo un desafío el estar expuestos junto a las portentosas armadas norteamericana y española. Nos sentíamos la Esmeralda en el "proceloso mar de la historieta".


La calidez del medio historietìstico para con nosotros pronto se hizo presente: Eduardo Barraza (el organizador), Tec, Gonzalo Martínez, los amigos de Mortis.cl, Alan Robinson, la dulce Cruz y varios más se acercaban a nuestro puesto a saludar y dárnos ánimo.


Con Danny "Eclesiastes" Jimenez, no nos conocíamos, pese a que el tomo I está a su cargo y tiene un 50% terminado. La Concomics me permitió darle un abrazo a quien yo imaginaba un tipo de mayor edad, flaco y serio como un personaje de El Greco. Resultó ser tan joven como Caoz, y bastante más grueso. Siguió siendo serio y se notó que toma su trabajo de la misma forma, con mucho compromiso y amor, pero ahora se juntó con Caoz y conmigo, por lo que creo que logramos hacerle sentir que no todos los que circulamos por el mundo de la historieta somos envidiosos, resentidos o queremos perjudicar a alguien.

No vendí la misma cantidad de ejemplares que en el lanzamiento o en el EIE, pero a pesar de todo la suma y resta finales son favorables. Vender historieta tradicional en un encuentro de comics donde el manga, el americano y el europeo campean a sus anchas, compitiendo además con una gran cantidad de juguetería y articulos ñoños, lo considero un triunfo.


Me faltaba darle la mano a TEC, por ejemplo, obtener una foto de Alan Robinson dibujando, contactar al dueño de la Shazam y a la única comiquería de Valparaíso (Tierra X). Además, fuí el único favorecido con una homilía donde pude escuchar en exclusiva "El evangelio según San Gonzalo", donde éste gran amigo se apartó un momento a compartir un cigarro (fumador pasivo cuando está conmigo) y seguirme contando sus experiencias, aportando su visión y sus consejos para que este proyecto editorial no naufrague. Me dejó un par de ideas nuevas que espero concretar pronto. Gracias otra vez, Gonzalo.

Andaba Olivetti en la Concomics, pero no puedo opinar mucho. Los que lo admiran, lo seguirán admirando, los que no lo quieren mucho, tampoco variarán su forma de pensar. El tipo es un gran dibujante, nada que decir. Lo que tiene de fama se lo ha ganado en buena ley, con algo de autobombo quizá, pero si sabemos que es argentino, eso es casi genético. No nos haría mal a nosotros tener algo de eso, creo yo.

Aproveché de viajar con mi familia al puerto (esposa, hija e hijo) así es que encontramos una residencial muy económica frente al terminal de buses. Mientras ella paseaba con mis hijos, yo seguía en el evento. Esa noche de sábado nos comeríamos dos grandes "chorrillanas" con ella, Caoz y Eclesiastes. Mi esposa e hijos durmieron en un cuarto, yo me fuí a otro para compartir con mis dibujantes su rito iniciático. ¿Cuántos dibujantes chilenos pueden decir que han dormido con su editor? ... en camas separadas, obviamente.

Debo una disculpa al amigo que me escribiò diciendo que supo que haríamos lanzamiento en Valparaíso, ya que esperaba llevarme sus trabajos. El lanzamiento no tenía una sala fija, me la indicaron muy cerca de la hora y cuando fui a ver si tenía público, estaba ocupada por otra charla donde hablaban de Robotech y de animación manga nacional.

Tuve un comprador en particular (Jeff) que a todas luces era un gringo extraviado. Se llevó los autógrafos de Caoz y mío, por lo que ahora sólo queda esperar para que aparezca alguna crónica en inglés sobre la novela, o que resultara ser algún caza talentos y nos lleve a otros mercados. Soñar es gratis, dicen.

Para resumir, recojo las quejas de aquellos que piensan que no se puede hacer un evento comiquero que coexista con el manga, cosplay y otras ñoñerías: que ese público no se interesa por otro tipo de historieta, que no tienen poder adquisitivo, que están en otra, en fin. Yo llegué a pensar lo mismo pero, como siempre pretendo ver el vaso medio lleno, digo que pese a todo en contra vendí 10 ejemplares más, evangelicé a un par de adolescentes manga para que buscaran su estilo propio, contacté dos nuevos puntos de distribución, saludé y conocí a mucha gente, volví a saludar a otros que ya se hacen parte de mi familia comiquera.

¡Ah! Y además, cedí al ñoño que llevo dentro, por lo que al cierre del evento adquirí a mi nueva mascota, el alien-híbrido que aparece en la foto adjunta.

Al cierre, me informaron que los amigos de Shazam! vendieron dos ejemplares más de las Crónicas cuando nosotros ya nos habíamos retirado. Roma no se construyó en un día y nadie dijo que editar historieta en Chile era tarea fácil. Pero con buen humor, tomando las cosas con seriedad pero sin gravedad, con empeño y con la buena onda que siempre he seguido percibiendo, seguimos adelante.

Caoz, Eclesiastes, Manquenahuel
Concomics 2008