Quizá el camino correcto sea esforzarnos por defender a la historieta como vehículo artístico y cultural, lo que en verdad se nos hace cuesta arriba cuando su propio nombre es ya un descrédito, por cuanto semánticamente historieta (como lo es opereta para la ópera) es un remedo de historia, un sucedáneo de menor significado e importancia, emparentado con la comedia liviana y el humor farsesco.
Entonces, si no le llamamos historieta, si al menos yo me resisto a dejarme ganar por el cómic y el manga, ¿como podemos uniformar en latinoamérica un concepto que nos permita ir por la vida orgullosos y decir que trabajamos en esto?
Del mismo modo en que el nombre de novela no es certificado de calidad (porque las hay magistrales y hay basura que se llama así), tampoco si nos llamamos novela gráfica garantizaremos tal cosa al lector. Eso ya es tarea de los guionistas y dibujantes, pero pienso que no deja de ser importante el encontrar ese término que nos defina y nos permita hablar con orgullo de nuestra pasión.
Como me decía un amigo hace algún tiempo, si digo que soy cineasta, que hago películas, entonces soy cool y atraigo miradas de envidia o al menos cierto respeto. En cambio, si digo que hago historietas todos se preguntan que es lo que le pasa a este cuarentón que no termina de madurar.
A continuación, el artículo
Por Jiro Suzuri |
La novela gráfica -esa historieta novelesca de pretensiones artísticas- hunde sus raíces en un sinsentido: a finales de la década de los setenta, el historietista Will Eisner popularizó y socavó la noción con su multicitado Contrato con Dios, más próximo -literal y literariamente- al cuento que a la novela por su condición antológica. En la actualidad, el abuso del terminajo sigue sin corregirse: la reedición en español de Poema en viñetas, del escritor italiano Guido Buzzati, ostenta el oportunista e inédito subtítulo de Novela gráfica, oxímoron atribuible a la intromisión de los sabios de la publicidad. Poesía narrativa -descripción mucho más justa- habría evitado parir esa chocante y esquizofrénica quimera que no obstante graznar en verso prefiere la llamen novela, si bien su envergadura no alcanza para tanto. |
Fuente: El Financiero / México Viernes, 28 de septiembre de 2007 |
1 comentario:
Yo creo que el termino Novela Grafica es mas bien mediatico. Para aumentar ventas, para que la gente crea que esta leyendo una novela. Porque esto de la novela grafica no viene de ahora, siempre ha existido en las historietas largas con cierta continuidad y autoconclusivas. No s� yo el comic Paracuellos o Los Profesionales de Carlos Gimenez siempre los he considerado comics, aunque ateniendo a los terminos bien podria ser tranquilamente novelas graficas, pero lo encuentro un poco chorrada comercial. De todos modos, por poner un ejemplo, siempre me han gustado mas los comics de Eightball de David Clowes que no sus novelas graficas, aunque Ghostworld me gusta al principio, pero el final es horrible con ese toque autoconclusivo para hacerlo asi novela grafica.
A todo esto decir que el comic no deberia negar ningun tipo de expresion, aunque ello conlleve un cambio substancial de registro o de interpretacion. Contra mas variedad mejor, y para crear nuevos estilos hay que experimentar. Vamos, que aunque para mi gusto las novelas graficas sean un tanto pretenciosas y no me gusten, nunca me vereis negando este tipo de creaciones ;)
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